Bruno Latour: «Esta es una catástrofe global que ha venido desde adentro»

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Bruno Latour con su libro «Critical Zones The Science and Politics of Landing on Earth» en proceso de edición

Fuente: The Guardian – Por Jonathan Watts – Junio 2020

El influyente pensador francés explica la política del principio Gaia, los problemas de la post-verdad y cómo el coronavirus nos da un modelo para la difusión de las ideas

En los primeros días del encierro, el filósofo Bruno Latour escribió un ensayo para el periódico cultural online AOC. «La primera lección que el coronavirus nos ha enseñado», escribió, «es también la más asombrosa: hemos demostrado que es posible, en pocas semanas, parar un sistema económico en todo el mundo…» Ese ensayo, traducido desde entonces a por lo menos 12 idiomas, ha animado a muchos a reimaginar lo diferente que podría ser el mundo si aprendiéramos de esta experiencia. También ha solidificado la reputación del profesor emérito del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) como uno de los pensadores más influyentes de nuestra época.

¿Cómo ha reformado la pandemia nuestras sociedades?

Algunos dicen que es la venganza de la naturaleza. Eso es una tontería. Cualquiera que haya estudiado la historia de la medicina sabe cómo un virus puede hacer que una sociedad se sienta completamente diferente. Estamos en una gran curva de aprendizaje. Es un experimento enorme. Es una catástrofe global que no ha venido desde afuera como una guerra o un terremoto, sino desde dentro. Los virus están completamente dentro de nosotros. No podemos expulsarlos completamente. Debemos aprender a vivir con ellos.

Al principio de la pandemia, usted sugirió a todos que se preguntaran qué les gustaría conservar de la época del encierro, y qué les gustaría cambiar. Esas preguntas se están haciendo ahora en todo el mundo. ¿Te ha sorprendido el interés? (N.T: para participar de la encuesta en inglés o francés puede direccionarse aquí)

Aunque no fueras una persona espiritual, el encierro obligó a todos a una especie de retiro, un momento de reflexión. Fue bastante extraordinario. Las preguntas eran terapéuticas. Daban a la gente que estaba atrapada en casa una forma de pensar sobre cómo crear un futuro mejor.

¿Puede una idea convertirse en viral como una enfermedad?

El Covid nos ha dado un modelo de contaminación. Ha demostrado lo rápido que algo puede volverse global con sólo ir de una boca a otra. Es una increíble demostración de la teoría de redes. He tratado de persuadir a los sociólogos de esto durante 40 años. Siento haber estado en lo cierto Demuestra que no debemos pensar en lo personal y lo colectivo como dos niveles distintos. Las grandes cuestiones climáticas pueden hacer que los individuos se sientan pequeños e impotentes. Pero el virus nos da una lección. Si te propagas de una boca a otra, puedes viralizar el mundo muy rápido. Ese conocimiento puede devolvernos el poder.

Muchos países están ahora imponiendo medidas de confinamiento o cuarentena. ¿Qué podemos esperar que surja de este período de reflexión?

La pandemia ha reabierto el debate sobre lo que es necesario y lo que es posible. Nos ha puesto en una posición en la que podemos decidir lo que es útil y lo que no. Esa elección no estaba antes. Todo parecía inexorable, como un tsunami. Ahora nos damos cuenta de que no lo era. Podemos ver que las cosas son reversibles. Podemos ver qué trabajos son necesarios y cuáles son basura. No sé cuánto tiempo durará esto. Podríamos olvidarnos de todo en tres meses. Eso depende de lo duro que se vuelva la crisis económica. Estoy abrumado por el tamaño del problema económico, por lo que oigo de mis estudiantes.

Para volver a plantearte tu propia pregunta, ¿qué cambiarías?

Lo que necesitamos no es sólo modificar el sistema de producción, sino salir de él por completo. Debemos recordar que esta idea de enmarcar todo en términos de la economía es algo nuevo en la historia de la humanidad. La pandemia nos ha mostrado que la economía es una forma muy estrecha y limitada de organizar la vida y decidir quién es importante y quién no. Si pudiera cambiar una cosa, sería salir del sistema de producción y en su lugar construir una ecología política.

¿La respuesta a la pandemia le ha hecho más o menos optimista sobre la capacidad de la humanidad para hacer frente a la crisis climática y de la naturaleza?

Los malos están mejor organizados y tienen más claro lo que quieren. La guerra en la que estamos involucrados es difícil. No es que seamos impotentes; es que muchos de nosotros no sabemos cómo reaccionar.

En su última colaboración artística en el Centro ZKM de Arte y Medios de Comunicación en Karlsruhe, Alemania, usted define el alcance de la existencia humana como la «zona crítica», una estrecha banda de la Tierra que puede soportar la vida. ¿Cuál es el propósito de este enfoque?

Es una redefinición de nuestro paisaje. La idea de la «zona crítica» es útil porque te saca de la naturaleza. La naturaleza es muy grande. Cubre todo, desde el big bang hasta los microbios. Conceptualmente, eso lo convierte en un completo desastre. La zona crítica es limitada. Tiene sólo unos pocos kilómetros de espesor, por encima y por debajo de la superficie de la Tierra. Pero toda la vida descubierta está dentro de ella. Esto nos «pone dentro» de una manera que el término naturaleza no lo hace. Es muy diferente de la forma de pensar que hace que, personas como Elon Musk, piensen que deberían ir en una misión a Marte. Eso es escapismo. Pero cuando piensas en términos de una zona crítica, estás encerrado, no puedes escapar. ¿Qué significa para la política si estamos encerrados y no en la cosmología infinita abierta por Galileo? Significa que no podemos comportarnos de la misma manera. Significa que no podemos extraer recursos sin fin y desechar nuestros residuos. En la zona crítica, debemos mantener lo que tenemos porque es finito, es local, está en riesgo y es objeto de conflicto.

Esto parece añadir una ventaja política a la hipótesis Gaia de James Lovelock, que explica cómo la «Vida» actúa para mantener condiciones habitables para sí misma. Usted ha sido durante mucho tiempo un defensor de esta teoría…

¡Lovelock nos encerró! Mientras Galileo usó un telescopio para revelar que la Tierra es parte de un universo infinito, Lovelock usó su detector de captura de electrones para revelar que la Tierra es completamente diferente de cualquier otro planeta porque tiene vida. Él y Margulis vieron a Gaia. Lovelock desde el espacio, tomando la pregunta de la forma más global posible; Margulis desde las bacterias, tomando la pregunta desde el otro extremo, ambos dándose cuenta de que la vida, con V mayúscula, ha logrado diseñar sus propias condiciones de existencia. Para mí, este es el mayor descubrimiento de este período, aunque todavía no es muy aceptado por la ciencia convencional. Esto puede deberse a que aún no tenemos las herramientas para recibirlo.

¿Por qué cree que los científicos siguen siendo cautelosos?

Que un concepto tan importante siga siendo tan marginal en la historia de la ciencia es extraordinario. He hecho todo lo posible para que sea aceptado. Pero los científicos son reflexivamente cautelosos. El cambio cosmológico de Aristóteles a Galileo es el mismo que el de Galileo a Gaia. Con Galileo, nuestra comprensión se trasladó hacia el exterior, a un universo infinito. Entender esto llevó un siglo y medio y se enfrentó a la resistencia. Gaia no es sólo un concepto más. No se trata sólo de la física y la energía. Es la vida.

Su trabajo a menudo ha desafiado la visión que se tiene de la ciencia como objetiva, casi como «ojo de Dios». Argumentas de manera convincente que la humanidad no puede ser tan imparcial. Pero la derecha política ha torcido este enfoque para socavar todo el conocimiento experto sobre las crisis del clima y la naturaleza. ¿Se arrepiente de algo?

Una crítica a la forma en que se produce la ciencia es muy diferente del argumento post- verdad de que hay verdades alternativas entre las que se puede elegir. La post-verdad es una postura defensiva. Si tienes que defenderte contra el cambio climático, el cambio económico, el cambio de coronavirus, entonces te agarras a cualquier alternativa. Si esas alternativas son alimentadas por miles de usinas de noticias falsas en Siberia, son difíciles de resistir, especialmente si se ven vagamente empíricas. Si tienes suficientes de ellas y son lo suficientemente contradictorias, te permiten mantener tus viejas creencias. Pero esto no debe confundirse con el escepticismo racional.

¿La crisis de Covid-19 ha afectado nuestra creencia en la ciencia?

El virus ha revelado la cantidad de cosas que necesitas saber para decidir qué es real y qué no. El público está aprendiendo mucho sobre la dificultad de las estadísticas, sobre los experimentos, sobre la epidemiología. En la vida cotidiana, la gente habla de grados de confianza y margen de error. Creo que eso es bueno. Si quieres que la gente tenga algún conocimiento de la ciencia, debes mostrar cómo se produce.

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