ya veremos ya ¡¡¡
Un tiempo al lado del camino desganado con poco ánimo. A veces no sabes muy bien por qué te duele ese alma que sabes perfectamente que no existe. Me cuesta volver al camino, me cuesta salir como si nada hubiera pasado…
En el camino han pasado tantas historias de amor y desamor, de abandono y traiciones, de miedo e impotencia para llegar hasta aquí que no sé si merece la pena. Esto no es un balance, no significa que no hay satisfacciones personales, que la tristeza ocupa todo mi sentimiento. Solo hablo del camino colectivo. De ese por el que empece a caminar siendo un jovenzuelo generoso y atrevido.
He aprendido bien que no existe «la verdad» sino que cada uno de nosotros tenemos una verdad moldeada por el sendero que caminábamos. En todo este tiempo me ha costado entender que el sentido de nuestras vidas no era imponer nuestra verdad, individual o colectiva, a las demás personas que están a nuestro lado como así nos enseñaron con el catecismo y en las primeras y fundamentales clases de materialismo histórico y dialéctico óptica marxista leninista.
Vuelvo al camino. Escucho, leo a los demócratas ortodoxos. A todos aquellos, con los que incluso algún día coincidimos en la misma verdad, exigiendo un relato único y correcto de nuestra última historia y demandando arrepentimiento. Conozco de primera mano el dolor que supone ser perseguido, amenazado, vilipendiado. No me atreveré nunca a realizar concursos de daño sufrido ni de vidas destrozadas. No entenderé nunca a quien me cuente que asesinar ha sido una parte del conflicto, no entenderé ni siquiera su parte de verdad en esta historia.
Es un camino baldío. Porque no hay una sola manera de contar la historia. Porque no hay ni siquiera buenos y malos. Porque no se puede equiparar a víctimas y victimarios pero tampoco a unas víctimas con otras ni a unos victimarios con otros. Es incomprensible que se asesine en nombre de la patria. De la sojuzgada o de la opresora. Es incomprensible que se persiga y se asesine por motivos políticos. Es inmoral torturar en defensa de la democracia o de la libertad.
No puede haber un camino. Lo importante debería ser aprender de lo que ha pasado para intentar no cometer los mismos errores. Después los objetivos siempre seran diferentes.